martes, 8 de abril de 2008

eNto

movio su cabeza, mostrandose mas confundido que nunca. Perdio la memoria de su ultimo dia feliz y emanaba gritos de euforia de voces extranhas rodeadas de caras largas, algunas de ellas conocidas, otras inventadas por ellas mismas.

Tenia un tatuaje que solo habia pensado en hacerse y dolores en la piel causados por golpes que recibio en sus suenhos, que aunque fueron en noches lejanas ahora recuerda como si fueran recuerdos. Apenas se mueve y titila cansancio, muerde carbohidratos con su tenacidad y consigue alcanzar la nostalgia montada en deseos fugaces, efimeros, rapidos, tan veloces como el olvido.

Sostiene un pensamiento en la mano izquierda, mientras trata de ordenar los otros con la derecha, mojandose la conciencia con objetividad que trajo en un vaso de madurez, que saco de la cocina de su casa, en la que habitan sus mejores dias, que comen todos los domingos en la tarde con el tiempo que va pasando.

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